Uno de los mitos que circulan sobre el seguro de vida es que se trata de un gasto oneroso, fuera del alcance de la mayoría de la población. La realidad es muy diferente.
LA CUOTA DE UN SEGURO DE VIDA PUEDE TENER UN VALOR EQUIVALENTE A UN CHIVITO MÁS UN REFRESCO.
El mundo de los seguros está rodeado de mitos y prejuicios que conviene erradicar de una vez por todas. Uno de ellos es el de que se trata de un gasto superfluo, secundario y poco importante (al respecto puede leerse la nota “Educación e idiosincrasia”, en esta misma sección). Otro mito muy arraigado es el que supone que adquirir un seguro de vida requiere un fuerte desembolso económico, que solo les está permitido a unos pocos privilegiados. Estudios llevados a cabo por la asociación estadounidense LIMRA (Life Insurance and Market Research Association) han mostrado que, entre aquellas personas que consideran valioso contratar un seguro de vida, el 86% cree que adquirirlo sale demasiado caro. El dato interesante es que la misma agrupación halló que la gente sobreestima el costo del seguro de vida en hasta un 300%.
La verdad es muy diferente. Hoy en día existen diferentes planes adecuados a las posibilidades de cada economía familiar. Aunque se debe tener en cuenta que los valores varían en cada caso en particular, las primas más económicas pueden llegar a tener un costo de $562.
Es el equivalente a chivito más un refresco.
Los países líderes, como Estados Unidos o Japón, con una tradición firme en seguros de vida, poseen una penetración en la población que supera el 80% de los hogares. Es decir, que en esos países 8 de cada 10 personas cuenta con un seguro de vida. Está claro que el porcentaje de personas con recursos altos en esos países es muy inferior al 80%, aún cuando se trate de países con alto poder adquisitivo. El mayor porcentaje de asegurados en los países desarrollados se explica, más bien, por una mayor cultura económica, en la cual el seguro de vida está integrado dentro de la planificación familiar.
Un dato a tener en cuenta es que el costo mensual de un seguro se abarata cuanto más joven se es. Y el valor de la prima permanece constante, de forma que es importante considerar no dilatar la decisión indefinidamente. En estos casos, siempre es conveniente más temprano que tarde.
